Fuerte compromiso con sus comunidades y trabajo duro en los planes de negocios para que el desarrollo sostenible sea posible. Esos parecen ser los objetivos cumplidos por las empresas de distintos sectores tras un balance de 2015. En cuanto a las iniciativas para el futuro, además de profundizar acciones con resultados positivos, muchos se plantean una agenda de mediano plazo: ya no basta con programas puntuales, sino que los objetivos más ambiciosos y que impactan en el negocio se logran en el mediano y largo plazo.
«Todos los años se vive una evolución, hay una tendencia positiva», dice Alberto Willi, profesor de RSE y Sustentabilidad en los programas de IAE: «la RSE ya no es un misterio, si una empresa quiere sumarse tiene el camino marcado y el contexto ayuda a que esto pase». Las firmas siguen guías, investigan a las comunidades antes de lanzar sus programas, realizan autoevaluaciones, establecen metas a mediano y largo plazo y suman nuevos actores a la acción sustentable para armar un círculo virtuoso donde todos ganan. Nuevas propuestas de voluntariado, trabajo con la cadena de valor, mejora de la empleabilidad e inserción laboral de los jóvenes y adultos son algunos de los puntos fuertes en los prograra el 2016.
Misión cumplida
Coca-Cola cerró el año con una meta cumplida -5 años antes de lo prometido-: la de reabastecer el 100% del agua que emplea en sus productos y procesos productivos en el mundo. «En el país, lo hacemos a través de proyectos de acceso a agua potable en comunidades vulnerables, recupero de agua de lluvia y proyectos de conservación y prevención de incendios», dice Cristian Pérez, gerente de Asuntos Públicos. Otros logros relacionados con el agua es el tratamiento de 100% de efluentes del proceso productivo y 29% de reducción de agua en las plantas. Las prioridades en sustentabilidad -bienestar personal, construir comunidades más fuertes y protección del medio ambiente- encuentran su correlato en propuestas comerciales acordes o programas comunitarios. Así, ofrecen opciones de bebidas y tamaños de envases, organizan programas de mejora de la calidad de vida y trabajan en el cuidado del agua, en lograr envases sustentables y en gestionar mejor la energía. En 2015 invirtieron $ 161 millones en la promoción de la actividad física.
Nuevos negocios
«Tenemos que generar confianza en que la economía puede ser inclusiva y sostenible: requerirá una transformación económica, una nueva manera de hacer negocios y un mayor énfasis en la colaboración», dice Axel Flügel, gerente de Relaciones Externas y Sustentabilidad de Unilever. Comprometidos con la agenda de los ODS, trabajan activamente en torno a 10 de los 17 objetivos planteados, para cumplir las metas establecidas. Ya tienen resultados: a nivel global redujeron un millón de toneladas de CO2 en toda la cadena de producción desde 2008 y un 20% del consumo de energía; a nivel local, fijaron nuevas pautas de trabajo para hacer de la sustentabilidad algo cotidiano. «Debatimos sobre medioambiente, comunidad e innovación sustentable; dimos a conocer el Primer Reporte sobre Derechos Humanos, el cual describe cómo la compañía avanza en las diferentes áreas del negocio», cuenta. El programa de voluntariado incluye 7 propuestas con ONGs y tiene como objetivo impactar positivamente a 4 mil personas a través de 6 de sus marcas. Para este año, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, harán foco en cambio climático y empoderamiento de la mujer.
La constructora brasileña Odebrecht se focalizó en dos temas en la inversión social que realizó en 2015: la generación de empleo -mediante el apoyo a emprendimientos socio productivos- y la gestión medioambiental de las obras -con el aprovechamiento del scrap, dándole valor social a la basura-. «En el último caso, para comunidades vulnerables significó nuevas instalaciones eléctricas, prevención de muertes por precariedad de las instalaciones y se trabajó con Ingeniería Sin Fronteras, una ONG que brindó servicios y capacitación», dice Lucas Utrera, líder de Sustentabilidad. Entre los objetivos pendientes de Odebrecht está trabajar a nivel local en compensar la emisión de gases de efecto invernadero.
Un nuevo voluntariado
Dow Chemical se propuso como objetivo para 2016 proponer soluciones más integrales a la comunidad y elevar la vara: se preparan para adaptar a la realidad local un programa de voluntariado corporativo muy exitoso que involucra a diferentes grupos de empleados para que, desde sus conocimientos y habilidades, ayuden a resolver problemas comunitarios acuciantes y generar impacto. «Queremos alejarnos del voluntariado asistencialista y ofrecer cambios basados en el expertise de los propios empleados», explica Marcela Guerra, gerente de Asuntos Públicos del Complejo en Bahía Blanca. Así, por ejemplo, podrían brindar una solución de acceso a agua potable o de acceso a viviendas dignas. Además, la petroquímica aporta soluciones sustentables en plásticos, por ejemplo, favoreciendo la adopción por parte de sus clientes de los últimos avances tecnológicos en empaque, que reducen el impacto ambiental, o mediante la aceptación del sello 100% polietileno, un desarrollo conjunto de la empresa con Ecoplas. También apuestan por el desarrollo energético mediante la inversión junto a YPF de u$s 500 millones en el primer proyecto de shale gas del país.
Ser un buen ciudadano corporativo es uno de los objetivos más importantes de Toyota en su estrategia de sustentabilidad. Para lograrlo, cada dos años realizan un diagnóstico de las necesidades de la comunidad de Zárate, donde se ubica la planta. En función del mismo, definieron iniciativas como el Centro de Visitantes de la planta, próximo a inaugurarse y el proyecto más importante del año: la remodelación de la guardia Pediátrica del hospital público de la ciudad. «Tenía deficiencias muy grandes», dice Eduardo Kronberg, gerente de RR.PP. y Responsabilidad Social. La corporación financió la obra -u$s 300 mil que se destinaron a nuevos consultorios y sala de internación- pero otorgando u$s 1000 por cada jornal de un empleado de Toyota que hiciera trabajo voluntario para mejorar el resto de las instalaciones del hospital. «Trabajaron tanto el CEO regional como directores de la empresa y representantes del sindicato», enumera Kronberg.
Añadir valor
Que el plan de negocios de la firma se guíe por criterios de sustentabilidad para añadir valor, es el próximo desafío de Telefónica. La firma debe adaptar localmente el nuevo Plan Global de Negocio Responsable para alcanzar objetivos concretos en tres niveles de compromiso: cumplimiento y gestión de riesgos, mejora de la productividad en forma responsable y crecimiento a través de productos y servicios sustentables. «Impulsará la gestión en todo el negocio porque afecta los seis elementos claves del nuevo plan: tres para la propuesta de valor -Conectividad excelente, Oferta integral y Valores, y Experiencia de Cliente- y tres habilitadores, que serán Big Data e Innovación, Digitalización extremo a extremo y Asignación de capital y simplificación», dice Eduardo Bonal, director de Asuntos Públicos, Reputación y Sostenibilidad Corporativa del grupo. El modelo de sustentabilidad que siguen se basa en tres niveles de compromiso, que abarca toda la cadena de valor de la firma: el cumplimiento y la gestión de riesgos -cumplir con el marco regulatorio y a la vez anticiparse a tendencias o cambios -; la productividad responsable; y la sostenibilidad como palanca de crecimiento.
Por su lado, Molinos renovó su estrategia en sustentabilidad en 2015 bajo los lineamientos de la Guía G4 e identificó tres áreas de acción: Salud y Bienestar, Desarrollo de Personas y Comunidad y Cuidado Medioambiental. «Así se reflejó de forma integrada los negocios de nuestra organización», dice Rodrigo Somoza, gerente de RR.II., Sustentabilidad y Comunicación. Uno de los desafíos de la alimenticia es mejorar el entorno alimentario de la sociedad, que hoy es factor de riesgo de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles. «Por eso nos enfocamos en ofrecer alimentos ricos, saludables y accesibles», dice. En 2015 renovaron las líneas y los lanzamientos de productos para alinearlos a sus objetivos de sustentabilidad, y llegaron con el programa «Comer Rico, Comer Sano» a 90 escuelas.
En 2015, la agenda de LAN fue profundizar el compromiso con el Cambio Climático. Por eso, implementó un sistema de gestión ambiental, que generó más ecoeficiencia al reducir el consumo de combustible e incorporó flota más moderna y de menor impacto ambiental», cuenta Martín Riverós, jefe de RSC y Medio Ambiente. La firma también lidera la mesa de trabajo «Cuidando el Clima» de Pacto Global de las Naciones Unidas, para articular entre empresas una estrategia integrada. Para este año, la guía serán los 17 ODS mundial de Naciones Unidas. «Medir, reducir, mitigar y compensar la huella de carbono dado nuestro compromiso CNG 2020; es decir, crecimiento neutro de carbono al 2020», dice Riverós.
«Nuestro objetivo es ser económicamente rentables, socialmente inclusivos y ambientalmente responsables; debemos minimizar las tensiones entre esta estrategia y las exigencias del mercado», explica Candela Arias, gerente de Sustentabilidad y RSE de Carrefour. Las acciones que realizaron en conjunto con los grupos de interés son, entre otras: la quinta edición de Alimentarse y Aprender -junto a CONIN-, en escuelas públicas; Yo Trabajo, una iniciativa de inclusión laboral de mayores de 40 años, que se convirtió en una política de reclutamiento y la convocatoria a ONG´S, que trabajan en temas relacionados con la alimentación. «Las 6 ganadoras serán fondeadas con $ 2 millones y contarán con el apoyo de nuestros voluntarios», cuenta Arias.
Fuente: CRONISTA.COM