[:es] Poniendo en práctica la Responsabilidad Social con la ISO 26000[:en]Poniendo en práctica la Responsabilidad Social con la ISO 26000[:]

[:es]La Responsabilidad Social (RS) se ha convertido en un modelo de gestión que, día a día, se incorpora a un mayor número de organizaciones. La idea de que una empresa deba preocuparse no solo por su desempeño comercial, sino también por su desempeño social, económico y ambiental, cobra cada vez más fuerza, ante los crecientes requerimientos que los diferentes grupos de interés y la sociedad en general, demandan de sus organizaciones.

Dentro de este contexto, la norma internacional ISO 26000:2010, marca un hito para la RS. Con su publicación, se pretende establecer un lenguaje compartido en cuanto a conceptos, principios y materias e igualmente, delimita el alcance respecto a los contenidos, de la RS. Además de esta base conceptual y temática común, que da coherencia a la RS, existen otros factores que determinan su legitimidad y pertinencia, como lo son:

El hecho de ser publicada por la organización ISO, que como se sabe, es el principal normalizador del mundo;
La amplia participación de múltiples partes interesadas en su proceso de elaboración,
Su contexto hace referencia a instrumentos internacionales reconocidos.

A su vez, la ISO 26000:2010 ha ido aclarando el ámbito de actuación de las organizaciones en materia de RS. Ahora, ya no son solo acciones comunitarias, temas ambientales, o acciones filantrópicas las que determinan que una organización sea socialmente responsable; sino que son además, aquellas acciones que incorporan los temas de su pertinencia y que tienen que ver con los impactos del desarrollo del negocio en las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y ambiental.

La ISO 26000:2010 ha incentivado también la rendición de cuentas, ya que si bien las organizaciones deben generar permanentemente informes sobre sus actividades legales, comerciales e impositivas, también deberían responder –según se plantea en la norma- por las otras dimensiones del desarrollo sostenible, incluyendo temas que guarden relación con sus actividades relativas a: derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, prácticas con su cadena de suministro, relaciones con sus competidores, responsabilidades por sus productos y servicios, y sus comunidades.

Panamá no ha sido indiferente a este despertar de la RS, y al reconocimiento de la gran utilidad que tiene esta norma. Resaltan por ejemplo, los esfuerzos realizados para su homologación y publicación como norma nacional en el 2011 en la “Guía Técnica DGNTI COPANIT 26000-2011” por el Ministerio de Comercio e Industria, MICI.

Diferentes organizaciones públicas y privadas a su vez, la han incorporado como documento orientador de sus prácticas en RS. Entre ellas, SUMARSE, empresa que ha sabido valorar la ISO 26000:2010, alineando y difundiendo su lenguaje y metodología, a través del desarrollo de diversas iniciativas. Dentro de sus acciones destaca: la aplicación del instrumento de diagnóstico “INDICARSE” que establece una línea base con respecto a la estrategia de implementación de RS, basada, entre otras iniciativas, en la ISO 26000:2010. Se evidencia también, en las acciones de formación que viene realizando, entre las que se incluye el curso de Interpretación de la Norma. Este curso, que se viene dictando desde el 2011, y que a la fecha ha capacitado a cerca de 300 personas, se enfoca en brindar herramientas que ayuden a comprender la metodología de la ISO 26000:2010, a través de un diálogo participativo.

¿Qué está pasando hoy ? Con la publicación de la norma en el 2010, el grupo de trabajo que desarrolló la ISO 26000 se disolvió, dando lugar a la creación de una organización post publicación (PPO). El nuevo equipo está integrado por una secretaría, un grupo Consultivo conformado por partes interesadas y un grupo integrado por la Red de Organismos Nacionales de Normalización (PPO NIN) (con un máximo de 2 representantes por país/miembro). En este último, Panamá participa con dos miembros.

 

Fuente: AR Magazine

 [:en]La Responsabilidad Social (RS) se ha convertido en un modelo de gestión que, día a día, se incorpora a un mayor número de organizaciones. La idea de que una empresa deba preocuparse no solo por su desempeño comercial, sino también por su desempeño social, económico y ambiental, cobra cada vez más fuerza, ante los crecientes requerimientos que los diferentes grupos de interés y la sociedad en general, demandan de sus organizaciones.

Dentro de este contexto, la norma internacional ISO 26000:2010, marca un hito para la RS. Con su publicación, se pretende establecer un lenguaje compartido en cuanto a conceptos, principios y materias e igualmente, delimita el alcance respecto a los contenidos, de la RS. Además de esta base conceptual y temática común, que da coherencia a la RS, existen otros factores que determinan su legitimidad y pertinencia, como lo son:

El hecho de ser publicada por la organización ISO, que como se sabe, es el principal normalizador del mundo;
La amplia participación de múltiples partes interesadas en su proceso de elaboración,
Su contexto hace referencia a instrumentos internacionales reconocidos.

A su vez, la ISO 26000:2010 ha ido aclarando el ámbito de actuación de las organizaciones en materia de RS. Ahora, ya no son solo acciones comunitarias, temas ambientales, o acciones filantrópicas las que determinan que una organización sea socialmente responsable; sino que son además, aquellas acciones que incorporan los temas de su pertinencia y que tienen que ver con los impactos del desarrollo del negocio en las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y ambiental.

La ISO 26000:2010 ha incentivado también la rendición de cuentas, ya que si bien las organizaciones deben generar permanentemente informes sobre sus actividades legales, comerciales e impositivas, también deberían responder –según se plantea en la norma- por las otras dimensiones del desarrollo sostenible, incluyendo temas que guarden relación con sus actividades relativas a: derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, prácticas con su cadena de suministro, relaciones con sus competidores, responsabilidades por sus productos y servicios, y sus comunidades.

Panamá no ha sido indiferente a este despertar de la RS, y al reconocimiento de la gran utilidad que tiene esta norma. Resaltan por ejemplo, los esfuerzos realizados para su homologación y publicación como norma nacional en el 2011 en la “Guía Técnica DGNTI COPANIT 26000-2011” por el Ministerio de Comercio e Industria, MICI.

Diferentes organizaciones públicas y privadas a su vez, la han incorporado como documento orientador de sus prácticas en RS. Entre ellas, SUMARSE, empresa que ha sabido valorar la ISO 26000:2010, alineando y difundiendo su lenguaje y metodología, a través del desarrollo de diversas iniciativas. Dentro de sus acciones destaca: la aplicación del instrumento de diagnóstico “INDICARSE” que establece una línea base con respecto a la estrategia de implementación de RS, basada, entre otras iniciativas, en la ISO 26000:2010. Se evidencia también, en las acciones de formación que viene realizando, entre las que se incluye el curso de Interpretación de la Norma. Este curso, que se viene dictando desde el 2011, y que a la fecha ha capacitado a cerca de 300 personas, se enfoca en brindar herramientas que ayuden a comprender la metodología de la ISO 26000:2010, a través de un diálogo participativo.

¿Qué está pasando hoy ? Con la publicación de la norma en el 2010, el grupo de trabajo que desarrolló la ISO 26000 se disolvió, dando lugar a la creación de una organización post publicación (PPO). El nuevo equipo está integrado por una secretaría, un grupo Consultivo conformado por partes interesadas y un grupo integrado por la Red de Organismos Nacionales de Normalización (PPO NIN) (con un máximo de 2 representantes por país/miembro). En este último, Panamá participa con dos miembros.

Fuente: AR Magazine

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