[:es]Una relativa estabilidad macroeconómica, aunada a tasas de crecimiento moderadas y bajos niveles de inflación, caracterizan a la región según la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca). La institución estima para Centroamérica una tasa de crecimiento de 4,3% –liderada por Panamá y República Dominicana–, un aumento de las exportaciones de 3,4% (frente al 2,7% del año pasado) y un alza de 4,6% de las importaciones (frente al 7,8% del año pasado). Resalta entre las recomendaciones sugeridas por el organismo la diversificación geográfica de las exportaciones, dada la ralentización de la economía mundial, con énfasis en China, quien representa un socio comercial importante para la mayoría de países de Centroamérica.
La política fiscal en la región ha sido en general expansionista y ha conllevado consigo niveles cada vez mayores de deuda como porcentaje del PIB, lo cual en algunos casos ha implicado desaceleraciones de la tasa de crecimiento y una pérdida en la confianza que son capaces de generar los gobiernos.
Mientras tanto, la flexibilidad que han adoptado los tipos de cambio de estos países ha sido fundamental a la hora de ajustarse a los menores precios de los commodities. Para Centroamérica este ajuste ha sido beneficioso, dado que la región es importadora neta de petróleo, lo cual se evidencia en los bajos niveles de inflación que se observan a lo largo de la región.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que las tasas de crecimiento a mediano plazo de Latinoamérica y el Caribe serán bajas, y para ello da razones como la poca diversidad y complejidad de las exportaciones.
Las recomendaciones del FMI y otros entes económicos se basan en que las políticas estructurales a implementar contemplen un mejor manejo de las inversiones y del gasto público; así como una mejora de los esquemas reguladores para las empresas. Esta última recomendación se relaciona con el escándalo de los Panama Papers, que puso en evidencia debilidades en las regulaciones actuales.
[:en]Una relativa estabilidad macroeconómica, aunada a tasas de crecimiento moderadas y bajos niveles de inflación, caracterizan a la región según la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca). La institución estima para Centroamérica una tasa de crecimiento de 4,3% –liderada por Panamá y República Dominicana–, un aumento de las exportaciones de 3,4% (frente al 2,7% del año pasado) y un alza de 4,6% de las importaciones (frente al 7,8% del año pasado). Resalta entre las recomendaciones sugeridas por el organismo la diversificación geográfica de las exportaciones, dada la ralentización de la economía mundial, con énfasis en China, quien representa un socio comercial importante para la mayoría de países de Centroamérica.
La política fiscal en la región ha sido en general expansionista y ha conllevado consigo niveles cada vez mayores de deuda como porcentaje del PIB, lo cual en algunos casos ha implicado desaceleraciones de la tasa de crecimiento y una pérdida en la confianza que son capaces de generar los gobiernos.
Mientras tanto, la flexibilidad que han adoptado los tipos de cambio de estos países ha sido fundamental a la hora de ajustarse a los menores precios de los commodities. Para Centroamérica este ajuste ha sido beneficioso, dado que la región es importadora neta de petróleo, lo cual se evidencia en los bajos niveles de inflación que se observan a lo largo de la región.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que las tasas de crecimiento a mediano plazo de Latinoamérica y el Caribe serán bajas, y para ello da razones como la poca diversidad y complejidad de las exportaciones.
Las recomendaciones del FMI y otros entes económicos se basan en que las políticas estructurales a implementar contemplen un mejor manejo de las inversiones y del gasto público; así como una mejora de los esquemas reguladores para las empresas. Esta última recomendación se relaciona con el escándalo de los Panama Papers, que puso en evidencia debilidades en las regulaciones actuales.
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